Muchas veces nos hemos puesto a pensar qué es la libertad. Normalmente sentimos que no existe, ya que estamos pensando en un absoluto, en la libertad omnipotente, en una libertad total sin restricciones. En un mundo donde el hombre está limitado por un cuerpo y situaciones ajenas muchas veces a él, esta clase de libertad es utópica, no se puede dar esto, no corresponde a la libertad humana.
La libertad humana existe, pero es diferente a la idea anterior. Esta libertad nos la da nuestra facultad de pensar y de decidir a través de nuestro libre albedrío. Es nuestra capacidad de buscar y lograr los objetivos que yo quiero y hacerme responsable de todas mis acciones que conlleve el lograrlo. Es no ser dependiente de nada ni de nadie. Es poder decidir en hacer el bien o el mal, en perdonar o en vengarme. Es el aprovechar o desperdiciar lo que nos brinda la vida y saber que sólo mi decisión es la responsable de mi vida. Es saber que el mundo no es el culpable de lo que me pasa, que no soy una marioneta que alguien mueve, pues tengo la capacidad de la elección.
Yo decido dónde estar a cada momento, inclusive cuando estoy donde no quiero estar. De alguna manera yo decido qué trabajo hacer, cómo comportarme. Yo decido dejar que alguien me fuerce a estar o hacer algo que no quiero por alguna razón. Yo decido darle el poder a alguien sobre mi vida. Hasta en los momentos más extremos uno decide. Como ejemplo de esto está Víctor Frankl, un médico psiquiatra judío que pasó muchos años en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y que nunca se dio por vencido, a tal grado que ahí desarrolló una corriente psicológica llamada Logoterapia, y que se basa en buscar sentido a todo lo que nos sucede. Como este ejemplo existen varios más de personas que en situaciones extremas hacen cosas maravillosas. Dostoievsky, escribió sus mejores novelas en la cárcel como preso político en Rusia. Y la única arma de estas personas es su libertad de pensamiento, la libertad de crear en el momento que ellos deciden, no importa dónde se encuentren y en qué condiciones externas. Su libertad para crear se las proporciona su pensamiento.
La libertad no es sinónimo de felicidad algunas veces, sino de responsabilidad (la habilidad de responder) y de seguridad. Es saber que ante hechos muy difíciles que se nos presentan, como una muerte cercana, una enfermedad, un momento económico malo, yo tengo la capacidad de elegir entre deprimirme y mandar todo a la basura, o salir adelante. Entre ser derrotado o vencer. Entre ser un perdedor o un ganador.
Tenemos que darnos cuenta que la libertad es uno de los mayores dones que tenemos como seres humanos pensantes. Nada está hecho, todo se va creando a cada momento y nosotros lo vamos creando con nuestro pensamiento y nuestras decisiones.
Así como sabemos que somos individuos y diferentes cada uno de nosotros, así nuestro pensamiento y nuestra creatividad también son únicos. A nadie se le va a ocurrir lo mismo, y nadie va a sentir lo mismo ante el mismo hecho. Aquí reside la libertad.
Seguramente conocemos personas que ante un suceso desagradable se y otras que salen adelante, Esto se debe a la libertad de pensamiento. ¿Qué te dices cuando las cosas no salen como tú quieres? Es un fracaso, no me lo merezco, no puedo con esto, qué decepción, para qué vuelvo a tratar, etc. O por el contrario te dices, lástima pero volveré a intentarlo, me duele pero esto va a pasar, trataré de buscar otra opción, qué ventajas puedo encontrar, etc. Estas dos opciones son las que nos dan la calidad de vida que tenemos. El mundo no está en nuestra contra, sino nosotros estamos en contra del mundo muchas veces. Programación Neurolingüística nos dice que ante cualquier sentimiento y/o acción que queramos hacer nos preguntemos ¿para qué me sirve? De esta manera podremos ser más asertivos al emplear nuestra libertad, pues encontraremos un sentido a mi sentimiento o conducta.
En un mundo que se mueve, irremediablemente vamos a tener de todo, agradable y desagradable. Nuestra libertad consiste, según la visión de Programación Neurolingüística, en qué tanto queremos dejarnos lastimar por lo sucesos o qué tanto voy a luchar para salir adelante. Según Programación Neurolingüística todo problema es un reto para crecer como personas y poner en práctica todas nuestras capacidades. No existe la derrota, sino sólo la retroalimentación. Todo tiene un para qué sucede. Esto quiere decir que todo lo que nos pasa es una enseñanza que nos da la vida para ser mejores.
En relación a lo anterior, también tenemos libertad para elegir lo que sentimos, ya que todo sentimiento está basado en la forma en que pensamos de las cosas. Por lo tanto debemos ser guardianes de nuestros pensamientos. Ahí reside nuestra libertad.
Libertad es ser quien soy, correr los riesgos que yo decida, es pensar lo que pienso y no lo que los demás quieren que piense. Es ir tras lo que yo quiero.
Libertad de pensar, de sentir, de expresarme, libertad de elegir. Esté donde esté y pase lo que pase, mi mente siempre será libre. Todo lo que nos pasa es el resultado de nuestras decisiones.
El manejo de la libertad debe de estar basado en la ecología, es decir mis decisiones deben ser buenas para mí y para los que me rodean. La libertad está hecha para el bienestar del hombre y de su entorno.
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