lunes, 9 de noviembre de 2009

AVANZAR HACIA EL CAMBIO

Modificar alguna conducta, un hábito o una actitud, es algo a lo que nos resistimos por que tenemos la creencia que es difícil y lo único que vemos al final del camino es el fracaso o un esfuerzo exhaustivo que no estamos dispuestos a hacer.

Programación Neurolingüística (PNL) ha analizado los modelos mentales de personas que sí han logrado cambios significativos en su vida. A través de estas detalladas observaciones han encontrado que lograr los cambios es realmente sencillo, siempre y cuando uno esté dispuesto a dirigir la mente, que es la parte más importante para crear o motivar cualquier cambio en nuestra realidad. Al intentar realizar cualquier cambio imagina que es como un viaje que vas a realizar. Inicias en un lugar y terminas en otro y esto requiere de una planeación y un proceder para no perder el camino.

Los siguientes pasos los debes de seguir concienzudamente sin omitir nada y lograrás el cambio deseado.

Lo primero que debes hacer para realizar cualquier cambio es darte cuenta en tu presente cual es tu realidad y qué exactamente quieres cambiar. Si por ejemplo algo que quieres es dejar de fumar, o dejar de enojarte, o comer menos, dejar de preocuparte tanto o ser tan nervioso, primero hay que ser consciente de lo que uno quiere cambiar.

Escoge qué es lo que quieres cambiar en tu presente, en tu aquí y ahora. Enúncialo con toda claridad para que tu mente sepa por donde debe actuar.

Una vez que hayas escogido lo que quieres cambiar en tu presente, pregúntate porqué vas a hacer este proceso:

¿Necesitas cambiar?

¿Andas probando a ver qué pasa?

¿Quizá sí funcione?

¿Quieres cambiar?

Las palabras son muy importantes en PNL, de allí viene su nombre Programación Neurolingüística; la lingüística es vital para nuestra mente y para que entienda exactamente lo que queremos. Si contestaste que “necesitas” cambiar, pues da la sensación que esto es forzoso, no por convencimiento. Si “andas probando....” tampoco harás todo lo posible de tu parte y parece ser que no tendrás mucho que perder si no lo consigues. Si piensas “quizá funcione”, estás metido en la duda de sí o no y cuando hay duda lo más seguro es que tampoco le darás la importancia necesaria. En cambio cuando decimos que “queremos” cambiar eso sí tiene fuerza, energía y motivación. Usamos el verbo “querer” con situaciones positivas, deseadas y nuestra mente sabe exactamente cómo hacerle para conseguirte lo que “quieres”.

Por otro lado si no “quieres” dejar de fumar en realidad, pues este ejercicio no te servirá de nada. Esto quiere decir que estás a gusto como estás y no hay por qué hacer un esfuerzo.

Analiza si en verdad te molesta tu estado actual. Pregúntate ¿me molesta seguir fumando? ¿Afecta mi salud el seguir fumando? En el caso del enojo le recomiendo que conteste a las siguientes preguntas: ¿quieres seguir gritando por cualquier cosa? ¿Sientes que estos enojos afectan tu salud? ¿Las personas a tu alrededor están felices contigo? En el caso de dejar de comer ¿qué recomendaciones te ha hecho tu médico? ¿Te gusta tu silueta? ¿Qué pasaría si bajaras considerablemente de peso? Y si tienes algún otro cambio que quieres lograr, elabora preguntas para ti, para estar seguro que lo “quieres” hacer.

Si sigues en el camino al cambio, te pido que contestes a una pregunta más: ¿es bueno este cambio para ti? ¿Es ecológico para ti y los que te rodean? Si la contestación a todas las preguntas fue sí, podemos continuar.

Ya estás listo para el viaje del cambio. ¿Qué necesitas para el viaje? ¿Con qué elementos te vas a ayudar para lograr tu objetivo? Para llegar al otro lado exitosamente necesitas poner a trabajar los recursos adecuados que harán el trabajo por ti.

¿Que no tienes recursos genuinos? Eso lo veremos! Todos los tenemos, lo que necesitamos en algunos casos es saber como utilizarlos para que trabajen a nuestro favor.

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